Jajejijojú

Canción de Jajejijojú, Javier Batanero y Ángel de Venancio

En el Jaje, tenemos nuestra propia canción, en la que desfilan los personajes de la fantasía, porque aquí llueve la magia y a todos se nos olvida traer paraguas.
Esto del vídeo es el final del 8º Jaje.

Mago Juan Tamariz



Juan Tamariz, maguísimo, virtuoso del violín invisible, algún día vendrá al Jaje y la liará. Y si no viene, no le daremos este cuadro, ea!

El Gran Mago Berni



Berni es un gran mago y un gran amigo del Jaje. A veces hace "¡Chantatachán!" y se convierte en el Dr. Zito, un payaso-médico de la Fundación Theodora, y se pasea por las habitaciones de los niños hospitalizados. Co mo es muy despistado, va olvidando carcajadas entre las camas.

Payasos: Carablanca y Tramp, Bobo y Jojo.





Ella, carablanca, él, tramp (vagabundo).Bobo y Jojo eran pareja cómica y sentimental, que debería ser lo mismo.

Lolo el payaso o Abstemio Gordons

No llegué a conocer a Lolo el Payaso, también llamado Abstemio Gordons, uno de los más activos artistas de "Payasos Sin Fronteras", pero, curiosamente, es amigo mío. Su pareja de payasadas y amores fue mi gran amiga Merche, también llamada Madame Vadeguay. Que muriera antes de conocerle no impide esa amistad, digo yo.

Crónica del festival, por Juan Riquelme

Ésta es la crónica que el gran Juan Riquelme, mago y marino bilbaíno, escribió en uno de los pasados Jajes. Juan es el de negro, y comparte foto con Willy Tidona, mago argentino especializado en magia para ciegos. El del bombín es Donald Malo Malísimo, y a la derecha, la maga Elena. Nos gusta cómo lo cuenta Juan.
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Todos los años, cuando me dispongo a escribir la crónica del último “Jajejijojú”, me siento bastante confuso porque… ¿cómo se pueden describir las emociones?... ¡es tan difícil! Así que hoy he decidido ...dividir esta crónica en dos partes, una que será un mero diario, y otra en la que trataré de hablar un poquito sobre sentimientos.

Todo comienza… o continúa, el Viernes, día 29, cuando Elena y yo llegamos al aeropuerto donde nos espera Dani Delos. Abrazos, risas y viajecito hasta el lugar donde trabaja a toda “leshe” Angel Idígoras, que nos espera para comer. En el camino me entero de que a las cinco tengo que actuar en hospital materno-infantil (adiós a mi siestita. Ya empezamos…). Como consecuencia de esto tenemos que comer a toda prisa, sin esperar al pobre Luigi que nos busca desesperadamente. Solo nos acompaña Juan Garrido. Monse nos llama desde el aeropuerto, desesperada porque no encuentra al mago Marsel al que no conoce, pero finalmente la magia lo hace posible y se van a comer solitos por ahí. A Marsel también le han sorprendido y actuará conmigo en el hospital.

Y allí nos dirigimos a la hora convenida. Nos espera Juan, el alma de “AVOI”, la Asociación de voluntarios de oncología infantil, que pone todo a nuestra disposición. Esta ha sido la semana dedicada a la magia, y de las paredes cuelgan póster y dibujos dedicados al tema, con caricaturas de magos, cartas de la baraja… todo dibujado por los mismos niños. Hoy no actuamos en el salón de actos sino en la ludoteka, para 15 o 20 niños que nos miran, alguno desde su cama, con unos grandes ojos muy abiertos y… una gran sonrisa en los labios… (¡jo!, perdonad un momento que se me ha metido una arenilla en el ojo)…….. ¡Ya!... Bueno, pues luego repetimos la actuación en otro área para niños más… delicados, solo cuatro. Marsel está increíble, totalmente volcado, y provoca la ilusión, las risas, las sonrisas, las carcajadas… en la mejor actuación de su vida… ¡uuuffffff!

Terminamos y corriendo a la sala Joaquín Eléjar, una pequeña y entrañable sala de teatro donde se ha programado una sesión de magia de cerca y de salón para las ocho y media. Allí el reencuentro con mucha gente querida. Actúan Marsel, José María Parma, Luigi, Angel Idígoras y yo mismo. También Kiko del Show, el hombre de negro. Kiko es la primera vez que viene al “jaje” y… viene con ganas. Ya no parará de de hacer magia en los próximos tres días. Todo sale bien, presentado por los increíbles Dani y Ale Ale, la pareja mágica más divertida y prometedora que os podáis imaginar. Pedro y Juan Garrido ocupándose de la técnica. Entre el público Tania, Silvia, Maribel, Belén, Arkadio, Kaito, Elena (que participaría en una de las presentaciones)… Todo sale bien.

Y de allí… a la playa donde nos esperan la gente de Avoi (Juan, Desi, y algún voluntario), que se han adelantado para preparar una “moraga”. Y una “moraga” es… Bueno, imaginad una espléndida luna llena, el sonido de la mar al romper en la playa, chicos, chicas, fuego, música, toallas extendidas en la arena, oscuridad… El resto lo dejo a vuestra imaginación, ¡jejeje!

El sábado comienza más o menos tranquilo… ¡jo! Desayuno donde coincidimos muchos con nuestras ojeras, y viaje a una emisora de radio, Marsel y yo con Dani. Allí nos espera la incansable Monse que es como Dios, está en todas partes. Ya el día anterior otros habían estado en la televisión, y es que, en cuanto a publicidad se refiere, esta gente lo monta muy bien. En los periódicos y revistas locales llevan toda la semana apareciendo también reseñas sobre el festival. Así que nos hacen una entrevista muy divertida y luego nos quedamos un ratito libres. Tened en cuenta que esta crónica está contada desde mi único punto de vista, pero al mismo tiempo el resto de la gente también tenía su ocupación. Elena, Kiko del Show, y las increíbles payasas Clara y Sabela, en el hospital actuando para los niños. Luigi, Pedro y otros en el teatro preparando las actuaciones de la tarde, Idígoras llamando por teléfono continuamente desde su trabajo interesándose, coordinando, dirigiendo como un capitán en su nave (jo, que bonito me ha quedado esto).

Comida todos juntos donde conocemos a Jerome Helfenstein y a su chica, y donde aterriza ese terremoto llamado “Merche”, que no falla nunca, y que con su presencia revoluciona al personal… como siempre. Al terminar… problemas. Ale llama desde el aeropuerto donde se encuentra desde hace horas con Miguelillo y Anabel, la pareja de Arkadio, a la que no le ha llegado la maleta. Monse se va con ella a unos grandes almacenes (como no pagan no hago publicidad de su nombre) para surtirse de maquillaje, zapatos…y todo lo que necesita para actuar.

Y ese espectáculo se produce en la Sala Gades, donde actúan y triunfan Marsel, con su personaje salido de las páginas de “Alicia”… Jerome Helfenstein, la lírica de las sombras aplicadas al cine… o del cine aplicado a las sombras… Othman, este chico nos va a dar un disgusto un día… Arkadio, este “jodío” siempre logra emocionarme… Miguelillo, nuestro osito de peluche… todos ellos presentados por Kaito, al que los niños adoran. Al terminar los artistas salen a los pasillos donde la gente puede tocarlos, besarlos, sacarse fotos y pedirles autógrafos, algo que raras veces se ve en este tipo de espectáculos y que honra a estas estrellas. En el hall de la sala Juan, Desi y los chicos y chicas de Avoi, incansables, vendiendo las camisetas que siempre se confeccionan para este festival.

Seguimos… Viene la cena en un restaurante en la playa, seguida de la ceremonia más surrealista que os podáis imaginar, la entrega de los premios “Chicharito”. Todos sentados en una duna en la playa, duna en la que han posado sus culos algunos de los mejores artistas del mundo, asistimos a la entrega de estos entrañables premios. Los presentan, de una forma un tanto… “alocada”, Luigi y Juan Garrido. Como siempre, los “nuevos” son sorprendidos a traición, y es muy divertido observar sus reacciones. Risas y más risas. Othman hace el pino sobre las manos de Luigi… Kaito da volatines en la arena, Elena y Desi ocupándose del “botellón”… Para recordar siempre. Este año, además, Juan y Desi nos sorprenden entregándonos una especie de pergaminos enmarcados, y con una leyenda bellísima que logra emocionarme cuando la leo:

- “Al mago _______, la grandeza de las personas no se mide por su posición social o por los objetos materiales conseguidos. Un simple gesto de atención o una actitud solidaria sí que hacen grande a una persona. Y tú lo has demostrado, TU GRANDEZA INTERIOR es lo que siempre tienes que mantener intacto, lo demás viene solo. Gracias por compartir con nosotros tu ilusión, y contagiarnos con tu humor y tu magia”. Firmado: AVOI………. ¡Joe, joe, joe!...

Y por fín llegó el Domingo, con la gran gala del teatro Cervantes, donde se repitió la del día anterior, con la única diferencia de que Kaito y Miguelillo intercambiaron sus papeles. Esta vez le tocó presentar a Miguelillo y Kaito, una de las personas más entrañables que he conocido, actuó en el escenario. Igual que siempre, nuestras payasas Clara y Sabela ayudando en escena, y Merche con sus locuras en la calle y los pasillos, igual que Kiko con sus magias Otro éxito. El público muy entregado y encantado. Los artistas dieron todo lo que tenían dentro, y el público así lo percibió. ¡Fue una estupenda gala! En los alrededores Juan Carlos, el marido de Monse, trabajando como fotógrafo oficial del evento, junto a un amigo que hacía locas entrevistas.

Foto de todo el grupo para el recuerdo, comida precipitada y… las despedidas: “ Hasta siempre, no llores, nos vemos en el próximo “Jaje”, os quiero, besitos… ¡snif, snif!”

Juan Riquelme

Kayto: Emy, Goty o Cañamón

Tengo que preguntarle a Kayto si este es Emy, Goty o Cañamón. Uno de los tres, es. La frase es de "Opiniones de un payaso".

Pompoff y Thedy

Dos míticos: Pompoff y Thedy. Padres de Zampabollos y Nabucodonosordito y tíos de Gaby, Fofó y Miliki.

Gala Jaje 6, 7, 8 de diciembre 2010, Sala Albéniz

Canción de Jajejijojú

CANCIÓN DEL JAJEJIJOJÚ

Quien quiera que sea el que cose el cielo al mar
que deje una rendija pa pasar de allí pacá,
que crucen el horizonte
cienmil dragones y Tarzán.

Que vengan veinte duendes, seis hadas y un troll
y el ratoncito Pérez con un diente de cartón,
que llegue el Capitán Garfio
luchando contra Peter Pan.

JAJEJIJOJÚ
vente también tú
JAJEJIJOJÚÚÚÚ
vente también tú.

Queremos que aparezcan D. Quijote y Supermán,
y el pobre Pulgarcito echando migas de pan
para encontrar el camino
que lleva hasta el fondo del mar.

Adelante, Picapiedras, Rey Arturo y Merlín
el indio Toro Sentado y también Bufalo Bill
y brincando Pippi Landstrum
con un collar de perejil.

JAJEJIJOJÚ
vente también tú
JAJEJIJOJÚÚÚÚ
vente también tú.

Que el Gordo y el Flaco acudan, a los mandos de un tren
al que se han subido Alicia y Frankenstein
que el Zorro rasgue una Zeta
a una bruja en su jersey.

Quien quiera que sea el que cose el cielo al mar
que deje una rendija pa pasar de allí pacá,
que crucen el horizonte
estos y muchos otros más.

JAJEJIJOJÚ
vente también tú
JAJEJIJOJÚÚÚÚ
vente también tú.
JAJEJIJOJÚ
vente también tú
JAJEJIJOJÚÚÚÚ
vente también tú.

8º Festival de Humor y Magia infantil y juvenil, 5 de julio 2010

Presentación

Primera entrada

Festival de Humor y Magia infantil, 6 de junio 2010, Teatro Cervantes

Daja-Tarto, el Fakir de Cuenca


Cualquier tratado sobre personajes estrambóticos quedará incompleto si no incluye en lugar destacado a este singular sujeto de estómago acorazado y piel de hormigón, el enigmático Daja-Tarto, el fakir de Cuenca.
Cuando Gonzalo Mena Tortajada descubrió que su cuerpo podía soportar todo tipo de aberraciones sin sufrir más que un picorcillo, y decidió ganarse la vida con el fakirismo hindú, tuvo la brillante ocurrecia de cambiarse de orden las letras de su segundo apellido, y pasar a llamarse Daja-Tarto, que ya era nombre digno de un cazador de dragones asiáticos.
Hasta entonces, tuvo que contentarse con cazar lagartijas en Cuenca, donde había nacido en 1904 y donde vivió los diez primeros años en compañía de sus cuatro hermanos.
Luego, cuando su padre cambio su oficio de sastre por un plaza como portero en la Dirección General de Seguridad, la familia se trasladó a Madrid, donde Gonzalito hizo gala de un carácter tan levantisco que acabó con sus huesos en un correccional.
Allí pasó los dos siguientes años, hasta que las ganas de aventura le rebosaron por las orejas y se escapó para cumplir su sueño. Él sería torero, se decía mientras vagabundeaba, se anunciaría en grandes carteles como "Arenillas de Cuenca" y los aficionados se quitarían a su paso el sombrero con una reverencia. Encontró un trabajo como botones de un hotel, pero cuando podía, cogía una maleta y se largaba a los pueblos en feria, en busca de una oportunidad que no llegaba.
Entretanto, a Gonzalo se le metió en la cabeza viajar por le mundo y llegó, embarcado como polizón, hasta Melilla, donde se empleó como pinche de cocina del ejército español, que se encontraba guerrenado con las huestes de Abd-El-Krim.
A su vuelta se dio cuenta de que ser torero le sería tan difícil como ser premio Nobel de Química, así que decidió hacerse fakir. Ocurrió la cosa cuando cayó en sus manos un libro titulado "Misterios de la India", que le dejó las entendederas bengalíes y el Tortajada de su apellido revuelto. Había nacido Daja-Tarto.
Sus comienzos como fakir fueron modestos, limitándose a masticar pequeños pedruscos, género menor de ferretería, alguna cuerda, algún cristal... Así fue convirtiendo sus dientes en una máquina que reducía a confetti los elementos más macizos de la naturaleza.
Inmediatamente convenció al empresario del Circo Prize de que alguien con esas muelas de oro merecía un hueco en la función, con danzarinas orientales y todo, de manera que, allá por 1927, debutó ataviado de marajá, con ropas de seda, un turbante multicolor y moviéndose con los gestos pausados que se suponía propios de un prohombre de Kapurtala.
Los manjares que merendaba el fakir ante el público que asistía a sus reprentaciones con las tripas revueltas, consistían en cuchillas de afeitar, cigarrillos, cerillas encendidas, yeso, cemento y otros ingredientes nunca recomendados por la dietética. Siendo complicado meterse en el cuerpo estas sunstacias, aun lo era más poderlas sacar de allí.
Un fabuloso laxante, más propio de la prescripción veterinaria, contribuía al desalojo de aquellos alimentos, pero era ineficaz con el cemento, cuyos restos le sombreaban el semblante de un gris mustio que a duras penas expulsaba provocándose el sudor con el abrigo excesivo.
La gastronomía tosca no era ni mucho menos la única he las heroicidades de Daja-Tarto. capaz de sostener sobre su cuerpo pedruscos de ochenta kilos, tumbado sobre un montón de cristales, subir descalzo por escaleras con peldaños formados por sables o permanecer enterrado bajo la arena de una plaza de toros hasta que acabara la corrida.
La segunda y última vez que practicó esta insensatez se entretuvieron los morlacos más de lo previsto, tanto que el fakir creyó que allí acabarían sus días, víctima de la asfixia. Cuando los operarios le sacaron del boquete, más parecía la figura de cera con la que el museo de idem de Madrid le homenajearía años más tarde que un hombre de carne, hueso y restos de cemento.
Su otra experiencia tauro-fakirista, no más cuerda, consistió en el intento fallido de hipnotizar en medio de una plaza a un toro bravo, que no entendiendo ni palabra de espectáculos hindúes le embistió con un cuerno en la mejilla. Suerte que para entonces ya encontraba el consuelo de su esposa, Dionisia Gallardo, ex Miss Castilla, que decoraba las actuaciones del artista con sus redondeces.
Cuando estalló la guerra civil, Daja-Tarto fue reclutado por la fuerzas nacionales para solazar a las tropas y para espiar a las gentes del espectáculo. Por este tiempo le ocurrió el accidente más absurdo de la historia del fakirismo. Como tantas veces, se dispuso a tragarse su ración de cemento, pero en esta ocasión se trataba de cemento rápido, que nada más llegó a la saliva se convirtió en un mazacote sólido que aprisionó la dentadura superior e inferior del ejecutante. Sólo a golpes de martillo y cincel pudo romperse aquel monolito, para que Daja-Tarto pudiera mover la boca de nuevo.
Al acabar la guerra actuó en el itinerante Circo Imperial en tanto se terminaba la reconstrucción del bombardeado Circo Price, escenario que fue de sus éxitos más clamorosos hasta que la aventura volvío a llamar a su camerino. Entonces metió los pinchos y junto a la fakira Dionisia y las Tinokas Sisters, sus dos hijas, que se dedicaban a la doma de gatos, se marchó a Portugal, donde a poco de llegar fue aclamado como leyenda viva del espectáculo.
La carrera de Daja-Tarto ascendió de forma tan repentina que el éxito se le subió al turbante y comenzó entonces a llevar un vida más propia de un magnate arábigo que de un tragasables casi hindú. El sueldo se le escapaba a Daja-Tarto con tanta rapidez como si el laxante, ademas de desalojar las tuercas que masticaba, hiciera lo propio con el dinero. La afición al bingo del matrimonio Tarto, además de fulminar el resto de sus ahorros, les hizo acumular tal cantidad de deudas que el fakir se vio obligado a empeñar hasta las muelas de oro con las que mordía el cemento. Como no encontraba digno bebérselo en público con una pajita, tuvo que ingeniar otra hazaña con la que recuperar algo de sus ahorros.
La idea que le apareció en su cerebro hubiera sido rechazada por cualquier persona mínimamente cautelosa, pero no era éste el caso, de manera que se subió a un madero y se hizo crucificar en Coimbra durante cuatrocientas horas.
Como el público acudió en masa a presenciar el fenómeno, y como Dionisia recaudó un buen capital, cuando acabó la hazaña pensó en aprovechar que tenía agujereadas las palmas de las manos para futuras crucifixiones, de modo que mandó construir a un herrero unos clavos que pudieran encajarse, mediante una tuerca, a una rosca incorporada a los orificios de sus manos.
El invento fue un fracaso de tal calibre que a punto estuvo de costarle la amputación, porque el metal infectó las extremidades del fakir, que acabaron por gangrenarse.
Sólo una iluminación divina que sobrevoló por la cabeza de Daja-Tarto le libró de perder las manos, al recomendarle un espiritu que introdujera sus heridas en una pócima cocinada con azufre y no sé qué otro tipo de potingues, disueltos en agua hirviendo.
Los sabios doctores no supieron explicar cómo el fakir pudo salvar las manos que ellos habian condenado al abandono del resto del cuerpo. El caso es que con todos los miembros de su cuerpo, incluidas las muelas de oro que había recuperado, pudo proseguir su carrera de esperpentos.
Se encontraba nuestro artista en un ensayo, entretenido en itroducirse un estilete por un agujero de nariz, cuando uno que pasaba tropezó con su codo, y el chisme aquel viajó por los conductos internos hasta provocarle un desprendimiento de retina.

Este último percance se unió al anterior de las roscas y las tuercas, que había dejado sus secuelas, de forma que Daja-Tarto se vio obligado a descansar de tanta chifladura masoquista y tuvo que dedicar sus energías a ocupaciones menos peligrosas, como la de actor de quinta o sexta fila en películas horrorosas o intervenciones esporádicas en la tele, donde seguía exhibiendo la manera de comerse un tentempié de bombillas.

Algún editor filántropo debería volver a editar esa agotadísima cima del pensamiento
castellano-hindú como es su autobiografía_ "Memorias del enigmático fakir Daja-Tarto, para solaz general, o bien el igualmente extinguido tratado de "Parapsicología y espiritismo". Relata y soluciona casos sucedidos en la tierra por espíritus malignos. Seduce. Intriga. Emociona. Fascina. El fakir Daja-Tarto, psiquiatra del antiguo centro Platón de Madrid donde narra los delirios filosóficos que su atribulado cerrebro fantaseó en los últimos años de vida.

Daja-Tarto murió en 1988, habiendo formulado como último deseo que el ataúd que le acogiera para pasar la eternidad estuviera forrado de cristales machacados y que su cuerpo fuera envuelto en papel lija.

Algunos años antes había desaparecido el Circo Price para que en su solar se convirtiera una entidad financiera. Se extinguen los fakires, los circos se convierten en bancos... Así va el mundo...

Juegos para imprimir y divertirse





Madame Vadeguay, Doctora Flora Sapofrita, Purpurina